miércoles, 26 de agosto de 2009

El pueblito del cuento de hadas



Sintra es un pueblito txikito pero muy bonito. Tiene unos palacios preciosos y otras tantas mansiones privadas, de esas que tendré yo algún día, cuando me case con un Bill Gates.

Cuando llegué, ví el pueblito por encima y me fui a comer enseguida porque ya era bastante tarde. Fui a un sitio donde intenté pedir en portugués pero oye tú, que no hay manera. El camarero dale que dale en castellano. Joe, ya paso de intentarlo y me he dado por vencida. He venido a Portugal a practicar el inglés!

Bueno, a lo que iba, pedí bacalao con nata, que lo recomendaba Lonli y un sopa por 1.50 € ! que no todo es tan barato eh!

Después de comer, me fui a ver el palacio que estaba más cerca. Una mansión gigante de una familia con muchos dinheiros... Es la que tenéis arriba. Pero lo que más me gustó fue el parque en el que estaba. Es mágico. Tiene unos rincones que hay que ir descubriendo con un mapilla. Tiene lugares como una torre invertida, es decir, está construida hacia el centro de la tierra. Por lo que se ve, en ella se llevaban a cabo ritos de iniciación en alguna creencia pagana.

Tiene también cascadas, fuentes y cuevas que hay que ir descubriendo poco a poco. Es un sitio en el que no me importaría perderme de vez en cuando....




Después del paseillo, me perdí un poco por las calles del pueblo. Probé la Ginjinha (un licor de cerezas muy típico de aquí) y paré a merendar en una cafetería para probar las pastitas típicas de Sintra.

Me volví prontito a Lisboa y me compré una falda larga!! más bonita... es que cuando estas fuera te atreves con más cosas, no?

Bueno, después de esto volví al hostel para no dormir nada. La peña haciendo ruido, el camíón de la basura, gente gritando fuera...menos mal que la siguiente noche tenía que cambiarme de habitación....

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